Bienvenid@ a este espacio terapéutico. Si has llegado hasta aquí, lo más probable es que estés buscando un apoyo profesional para ti o para alguna persona de tu entorno.

Al contrario de lo que podría parecer, los profesionales sanitarios sabemos lo difícil que es reconocer y aceptar los momentos de dificultad, y actuar en consecuencia para pedir ayuda. Esto se debe a que en nuestra sociedad a veces se interpreta la búsqueda de apoyo como una vulnerabilidad, y desde ahí, rechazamos entrar en contacto con lo que precisamente nos distingue como humanos y nos permite evolucionar. 


Entiendo que todo proceso terapéutico debe partir de la creación de un espacio de seguridad y confianza para dar cabida a todo aquello que resulta difícil expresar. Por esta razón, mi labor profesional consiste en un doble compromiso: 

En primer lugar me comprometo conmigo, con estar en un proceso continuo de formación académica y personal que garantice al máximo la disposición de los conocimientos y herramientas necesarias para ofrecer un buen acompañamiento terapéutico. Me comprometo también con mi presencia y autenticidad.


E igualmente relevante, me comprometo con las personas que deciden acudir a mi consulta para realizar procesos terapéuticos. Me comprometo con el respeto a cada persona, a sus decisiones, sus miedos, sus biografías, sus ritmos, sólo desde ahí podemos caminar junt@s hacia ese viaje interior de aceptación, superación y transformación personal. 


Una vez creado este espacio de recogimiento, sin juicios, la relación terapéutica se constituye como la base para el desarrollo de las potencialidades de cada persona, mirando siempre hacia la autonomía de mis pacientes y la creación de contextos terapéuticos de no-dependencia. 


Según mi experiencia en el trabajo diario en la consulta, el éxito de una terapia se produce cuando el foco, más allá de cada contexto y proceso vital, siempre está en que la persona o familia se sienta la protagonista de cada pequeño avance en su proceso, se responsabilice y camine hacia el retorno (o conquista) de la autonomía y la confianza en sus propios recursos. 


Quisiera compartir también que me identifico con los enfoques terapéuticos humanistas, y por lo tanto integradores y comunitarios, por lo que concibo la psicoterapia como un proceso de intervención que, en función de cada situación y proceso personal, debe tener en cuenta a otros agentes involucrados en la salud psíquica, emocional y física de la persona (servicios de salud, agentes educativos, el ámbito familiar o laboral, así como la red de relaciones en la que se desarrolla cada persona). 


Por último aprovecho para agradecer todo lo que he aprendido, y espero seguir aprendiendo, con mis maestr@s: mis profesores y compañer@s de formación, mi familia y amig@s. 
Y por supuesto, quedo agradecida a "l@s otr@s grandes maestr@s": todas las personas (adultos, adolescentes o familias), que compartieron y compartirán con autenticidad y compromiso su historia y mundo emocional conmigo. La valentía de tod@s ell@∫ y el haber sido testigo de su evolución, me hacen creer profundamente en este trabajo.